Impulsar el sacerdocio en tierras del islam
Impulsar el sacerdocio en tierras del islam
MADRID-Que ninguna vocación se pierda por falta de recursos es el objetivo de este día. Cada año hay nuevas llamadas al sacerdocio y la vida consagrada en aquellos lugares donde los misioneros entregan su vida a diario. Al fomento y cuidado de esas vocaciones se dedica el comboniano Jorge Naranjo. Lo hace en un lugar particularmente hostil, Sudán, un país islámico con un régimen radical. Él recuerda perfectamente el momento clave de su propia vocación. «Fue el 25 de noviembre de 1996. Yo estaba estudiando en mi cuarto y de repente sentí como una evidencia de que Dios quería que yo fuese misionero. Y me llenó una alegría inmensa».En marzo de 2006 empezó a trabajar con cristianos sudaneses refugiados en Egipto. Después, Sudán. «Allí enseño que Dios tiene un plan para la vida de todos nosotros». En Sudán del Norte viven cientos de miles de cristianos que llegaron huyendo de la guerra. «Cuentan historias estremecedoras acerca de sus catequistas, que murieron anunciando el Evangelio». Sólo dos cosas unían al Sur de Sudán: el enemigo, que es el norte, y la fe cristiana. Por eso, las tropas del norte, cuando llegaban a un pueblo, a menudo buscaban a los catequistas, factores de unidad, para matarlos». No es fácil predicar el Evangelio del amor y el perdón en un país donde todos tienen parientes asesinados. «En las culturas tradicionales africanas, la venganza es lo normal. Pero puedes predicar el perdón partiendo de las cosas tangibles, como que la espiral de venganza es inútil y dañina», explica el padre Jorge.
Salen así almas generosas «como Santiago Akon, que se jugó la vida como catequista y ahora quiere ser sacerdote». Será posible gracias a la aportación de la campaña de Vocaciones Nativas y a la Obra San Pedro Apóstol, que financian el seminario de Jartum: sacerdotes católicos para un país tomado por el islam.
Además del espiritual, el apoyo económico es fundamental para estas vocaciones nacientes. Junto a la colecta de hoy, las becas son una excelente vía de ayuda. Con 350 euros se paga un curso escolar, con 1.000 tres años de formación y con 2.000, seis. Omar, un joven conocido del padre Jorge, podría beneficiarse de esta ayuda en su formación sacerdotal. Se plantea la vocación tras haber sido soldado en Libia. Él era musulmán pero pidió el bautismo tras conocer la vida de Santa Josefina Bakhita. «¡Una historia de lo más inusual!», apunta Naranjo.