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miércoles, 2 de mayo de 2012

Evo Morales expropia la filial de Red Eléctrica Española en Bolivia :: Negocios :: Periodista Latino

Evo Morales expropia la filial de Red Eléctrica Española en Bolivia

Se veía venir. Y habrá más, porque el venezolano Chávez, el ecuatoriano Correa y otros 'bolivarianos' del mismo tenor ya han dejado saber que seguirán con entusiasmo la senda antiespañola marcada por la peronista argentina Cristina Kirchner.

El boliviano Evo Morales ha dispuesto la expropiación las acciones de Red Eléctrica Española (REE) en una empresa transportadora de energía en Bolivia y ha ordenado a las Fuerzas Armadas custodiar las instalaciones de la firma.

Desde el Palacio Quemado de la ciudad de La Paz, en un acto del Día del Trabajo, Evo Morales lo ha dejado claro:

"Hoy día nuevamente, como justo homenaje a los trabajadores y al pueblo boliviano que ha luchado por la recuperación de los recursos naturales y los servicios básicos, nacionalizamos la Transportadora de Electricidad".

La nacionalización ejecutada por el indigenista Morales en Bolivia llega justo dos semanas después de que el Gobierno de Argentina expropiara YPF a la petrolera española Repsol.

LA SOLEDAD DEL CONQUISTADOR ACORRALADO

Por su interés, reproducimos el artículo publicado el pasado 30 de abril de 2012 por Guillermo G. Olmo en el diario 'ABC':

1992: España conmemora el V centenario del descubrimiento de América. Se ha convertido en referente para la comunidad internacional por su ejemplar transformación política y su pujante economía.

El mundo admira a esa joven democracia que celebra jubilosa fastos como los Juegos Olímpicos de Barcelona o la Exposición Universal de Sevilla. Veinte años después, abril de 2012, la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner anuncia la expropiación del 51% de las acciones de YPF en poder de Repsol, ignorando las airadas advertencias del Gobierno español.

El conflicto en torno a la petrolera no es el único que indica que España tiene un serio problema con su deteriorada reputación internacional.

Mientras los mercados acosan al cada vez más fatigado Tesoro español, Sarkozy se pasa la campaña electoral francesa poniendo al legado de Rodríguez Zapatero como ejemplo desastroso y el italiano Mario Monti se acostumbra a desmentir los vituperios a las finanzas españolas que la prensa le atribuye.

¿Qué ha pasado en estos veinte años para que España haya perdido su crédito?

¿Cómo se ha convertido un país dinámico y en expansión en otro deprimido y denostado?

Ahora el empeño del Gobierno Rajoy en restaurar el crédito perdido empiza a dar su frutos. Pero esta es una historia que comenzó hace mucho tiempo. Fue en la década de 1990 cuando se produjo el desembarco empresarial español en Iberoamérica.

La prensa económica anglosajona, la misma que hoy lanza saetas envenenadas, lo aplaudía y hablaba de los «nuevos conquistadores».

Atraídos por la facilidad que el idioma común suponía para los negocios, el capital de Telefónica, Repsol, BBVA y otros colosos «made in Spain» hacía el mismo camino que siglos antes las armas de Hernán Cortés y Pizarro.

«Potencia media»

España disfrutaba de una imagen de hermano modélico y dilecto para la comunidad iberoamericana, una imagen construida con mimo gracias a iniciativas como la creación de la Agencia Española de Cooperación Internacional y la celebración de las primeras Cumbres Iberoamericanas.

Parafraseando al historiador Juan Bautista Vilar, se completaba la transformación «de pequeña nación a potencia media».

Pero, paradójicamente, la actividad empresarial coadyuvó a minar ese prestigio entre amplios sectores de una izquierda nacionalista que iba a tomar el control de muchos estados en la región.

Rafael García Pérez, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Santiago, ha señalado que «la adquisición de una posición dominante en los sectores energético, financiero y de las telecomunicaciones por parte de las empresas españolas ha transformado la percepción de España en el continente difundiendo la imagen de "nueva conquista"».

Pedro Pérez Herrero, del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá de Henares, cree que España ha pasado de madre a madrastra para las que fueron sus colonias y que desde este lado del Atlántico no se ha atendido «a las reclamaciones de los países latinoamericanos por el trato vejatorio a sus ciudadanos en los aeropuertos españoles y las condiciones de trabajo a las que se ven sometidos muchos inmigrantes en España», algo que para este investigador contrasta con el trato dispensado en América a los españoles exiliados tras la Guerra Civil.

Sin embargo, en los tiempos en los que las cosas iban viento en popa cualquier potencial descontento hacia España quedaba silenciado y su fortaleza disuadía de acciones hostiles como la adoptada ahora por Buenos Aires.

España se comportaba como lo que era, un país competitivo, que invertía en el exterior y que trataba de dotarse de una presencia diplomática acorde con su creciente peso en el mundo.

Con este objetivo, el Gobierno de José María Aznar elaboró en 2000 su Plan Estratégico de Acción Exterior, que, en palabras de García Pérez, buscaba «situar a nuestro país entre las grandes potencias».

Aznar y su ministro de Exteriores, Josep Piqué, se proponían hacer de la cultura y el idioma de Cervantes, junto con el impulso inversor, el vehículo para una mayor influencia en el mundo, prestando mayor atención a la emergente región Asia-Pacífico.

Debilitada por la crisis

La crisis económica y su especial virulencia en España truncaron aquellos proyectos e iniciaron el declive con el que ahora brega el equipo de Mariano Rajoy.

Tampoco ayudó la torpeza en política exterior de los gobiernos de Rodríguez Zapatero. Así llegamos a un momento como el actual, en el que la proliferación de afrentas a España no es casual.

Vicente Palacio, del Observatorio de Política Exterior de la Fundación Alternativas, sostiene que «es evidente que nuestra debilidad anima a muchos a clavarnos el aguijón».

Este analista vaticina que a la crisis de Repsol e YPF pronto le sucederán otras: «El Gobierno debe estar muy preocupado por Marruecos, porque siempre ha aprovechado los momentos de debilidad de España para montar cosas como la Marcha Verde, y este es uno de esos momentos».

La competencia globalizada no conoce la compasión. España está en apuros y ahora es una presa fácil y codiciada, lo que amenaza sus intereses.

Como Fernández de Kirchner, otros dirigentes pueden verse tentados a atacar el «eslabón débil» de una Europa languideciente.

Pérez Herrero apunta a otra posible causa para las actuales tribulaciones de las inversiones españolas: «No parece haber una política de Estado con respecto a América Latina. El plan era confiar únicamente en las fuerzas del mercado».

En el vórtice de esas fuerzas, como está comprobando España, hay lealtades que se diluyen. Sirve como ejemplo la tibia respuesta inicial a la petición de solidaridad de Madrid en esta crisis.

Según Vicente Palacio, para el «Tío Sam» esta polémica «no es asunto suyo porque a ellos no les han tocado sus empresas. Además, nos tenían una guardada porque nos convertimos en su gran competidor como inversores en América Latina».

Pero, a pesar del panorama adverso, según un diplomático que prefiere mantenerse en el anonimato, «España no está inerme y puede hacer valer sus argumentos». Se trata de revigorizar la actividad, algo que ya está haciendo el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, y que ha conseguido templar la frialdad inicial de Washington.

Queda mucho por hacer, porque todo pasa por la titánica tarea del saneamiento económico del país, pero el Gobierno está decidido a llevarla a cabo, sea el que sea su coste electoral.

Cuando las cuentas cuadren, el horizonte se despejará, porque, como dice Vicente Palacio, España tiene algo de lo que no muchos pueden presumir, «una elevada presencia, política, económica y cultural en el exterior».

 

 



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«Vendrán de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios»

EVANGELIO DEL DÍA: 27/10/2010
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Miércoles de la XXX Semana del Tiempo Ordinario
Carta de San Pablo a los Efesios 6,1-9. Hijos, obedezcan a sus padres en el Señor porque esto es lo justo, ya que el primer mandamiento que contiene una promesa es este: Honra a tu padre y a tu madre, para que seas feliz y tengas una larga vida en la tierra. Padres, no irriten a sus hijos; al contrario, edúquenlos, corrigiéndolos y aconsejándolos, según el espíritu del Señor. Esclavos, obedezcan a sus patrones con temor y respeto, sin ninguna clase de doblez, como si sirvieran a Cristo; no con una obediencia fingida que trata de agradar a los hombres, sino como servidores de Cristo, cumpliendo de todo corazón la voluntad de Dios. Sirvan a sus dueños de buena gana, como si se tratara del Señor y no de los hombres, teniendo en cuenta que el Señor retribuirá a cada uno el bien que haya hecho, sea un esclavo o un hombre libre. Y ustedes, patrones, compórtense de la misma manera con sus servidores y dejen a un lado las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos, que lo es también de ustedes, está en el cielo, y no hace acepción de personas. Salmo 145(144),10-14. Que todas tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan; que anuncien la gloria de tu reino y proclamen tu poder. Así manifestarán a los hombres tu fuerza y el glorioso esplendor de tu reino : tu reino es un reino eterno, y tu dominio permanece para siempre. El Señor es fiel en todas sus palabras y bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que caen y endereza a los que están encorvados. Evangelio según San Lucas 13,22-30. Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén. Una persona le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?". El respondió: "Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán. En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: 'Señor, ábrenos'. Y él les responderá: 'No sé de dónde son ustedes'. Entonces comenzarán a decir: 'Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas'. Pero él les dirá: 'No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!'. Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera. Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios. Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos". 
Lc 13,22-30
Leer el comentario del Evangelio por  Misal romano Plegaria eucarística para la reconciliación, nº 2
«Vendrán de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios»
     Padre de bondad, tu Hijo ha dejado a tu Iglesia esta prenda de su amor. al celebrar, pues, el memorial de su muerte y resurrección, te ofrecemos lo mismo que tú nos entregaste: el sacrifcio de la reconciliación perfecta.      Acéptanos también a nosotros, Padre santo, juntamente con la ofrenda de tu Hijo; y en la participación de este banquete concédenos tu Espíritu, para que desaparezca todo obstáculo en el camino de la concordia y la Iglesia resplandezca en medio de los hombres como signo de unidad e instrumento de tu paz.      Que este Espíritu, vínculo de amor, nos guarde en comunión con el Papa Benedicto XVI, con nuestro obispo N., el colegio episcopal, y todo tu pueblo santo.      Recibe en tu reino a nuestros hermanos que se durmieron en el Señor y a todos los difuntos cuya fe sólo tú conociste.      Así como nos has reunido aquí en torno a la mesa de tu Hijo, unidos con María, la Virgen Madre de Dios, y con todos los santos, reúne también a los hombres de cualquier clase y condición, de toda raza y lengua, en el banquete de la unidad eterna, en un mundo nuevo donde brille la plenitud de tu paz, por Cristo, Señor nuestro. 

miércoles 27 Octubre 2010

Santos Vicente, Sabina y Cristeta


Santos Vicente, Sabina y Cristeta
Vicente, Sabina y Cristeta son hermanos. Han nacido y viven en Talavera (Toledo). Los tres disfrutan de su juventud —Cristeta, casi niña- y, como en tantos hogares después del fallecimiento de los padres, hace cabeza Vicente que es el mayor. Manda en el Imperio la tetrarquía hecha por Diocleciano con el fin de poner término a la decadencia que se viene arrastrando a lo largo del siglo III por las innumerables causas internas y por las rebeliones y amenazas cada vez más apremiantes en las fronteras. Diocleciano, augusto, reside en Nicomedia y ocupa la cumbre de la jerarquía; su césar Galerio reside en Sirmio y se ocupa de Oriente; Maximiano es el otro augusto que se establece en Milán, con su césar Constancio, en Tréveris, gobiernan Occidente. El presidente en España es Daciano hombre cruel, bárbaro y perverso, que odia sin límites el nombre cristiano y que va dejando un riego de mártires en Barcelona y en Zaragoza. Llega a Toledo y sus colaboradores buscan en Talavera seguidores de Cristo. Allí es conocido como tal Vicente, que se desvive por la ayuda al prójimo y es ejemplo de alegría, nobleza y rectitud. Llevado a la presencia del Presidente, se repite el esquema clásico, en parte verídico y en parte parenético de las actas de los mártires. Halagos por parte del poderoso juez pagano con promesas fáciles, y, por parte del cristiano, profesiones de fe en el Dios que es Trinidad, en Jesucristo-Señor y en la vida eterna prometida. Amenazas de la autoridad que se muestra dispuesta a hacer cumplir de modo implacable las leyes y exposición tan larga como firme de las disposiciones a perder todo antes de la renuncia a la fe nutriente de su vida que hace el cristiano. De ahí se pasa al martirio descrito con tonos en parte dramáticos y en parte triunfales, con el añadido de algún hecho sobrenatural con el que se manifiesta la complacencia divina ante la fidelidad libre del fiel. Bueno, pues el caso es que a Vicente lo condenan a muerte por su pertinacia en perseverar en la fe cristiana. Lo meten en la cárcel y, en espera de que se cumpla la sentencia, es visitado por sus dos hermanas que, entre llantos y confirmándole en su decisión de ser fiel a Jesucristo, le sugieren la posibilidad de una fuga con el fin de que, sin padres que les tutelen, siga él siendo su apoyo y valedor. La escapada se realiza, pero los soldados romanos los encuentran en la cercana Ávila donde son los tres martirizados, en el año 304. El amor a Dios no supone una dejación, olvido o deserción de los nobles compromisos humanos. Vicente, aceptando los planes divinos hasta el martirio, hizo cuanto legítimamente estuvo de su parte para sacar adelante su compromiso familiar.