En el diario EL MUNDO 2010/07/23/ de Madrid) , recoge y resume un reportaje publicado en la Revista Italiana Panorama (propiedad de Berlusconi, lo mismo que nuestra Tele 5) con el título Le notti brave dei preti gay.
El Mundo habla de las noches romanas, Panorama habla más bien de las "noches bravas" (dejo eso palabra italiana,que se entiende bien, aunque en italiano tiene un matiz algo distinto) Ésta es la noticia de le notte bravi, una noticia triste, un sensacionalismo barato.
Ciertamente, hay eso que dice Panorama, pero hay mil cosas mejores de curas y seminaritas, en Roma y fuera de Roma.
El reportaje ha sido realizado por un periodista que durante 20 días, y con la ayuda de un 'complice' conocedor de de las noches homosexuales romanas, se ha dedicado a recorrer los locales gays de la capital armado con una cámara oculta. Y ha descubierto que, a pesar de que la Iglesia católica prohíbe estrictamente que los gays sexualmente activos puedan ingresar en los seminarios y en las órdenes religiosas, la realidad es otra.
Para demostrarlo, la revista cuenta el caso de tres sacerdotes. El más llamativo es tal vez el de Paul, un cura francés de 35 años. El periodista de Panorama y su cómplice lo encontraron el pasado día 2 de este mes en un conocido garito gay del barrio romano de Testaccio, bailando junto a dos chaperos semidesnudos.
Una vez fuera del local el sacerdote invitó al cómplice del reportero a acompañarlo a su domicilio, cosa a la que éste accedió. Ya en la vivienda, el cómplice le pidió al sacerdote que se pusiera su sotana. El cura consintió y ambos mantuvieron entonces relaciones sexuales, oportunamente grabadas con la cámara oculta.
Las asociaciones homosexuales, por su parte, no se muestran sorprendidas por las revelaciones de Panorama. "Que muchos curas sean homosexuales y busquen sexo, incluso de pago, con otros hombres no es ninguna novedad", subraya Aurelio Mancuso, ex presidente de la asociación Arcigay. "Yo mismo, hace unos 15 años, tuve una historia con un monseñor", revelaba.
Una protesta, una afirmación
1. Es normal que una agrupación tan grande como la de los curas y seminaristas haya homosexuales… y es normal que habiéndolos tengan prácticas que “responden” a su orientación sexual.
2. El problema no es la homosexualidad, sino el “uso” que se haga de ella. La existencia de lugares de reunión para homosexuales está legalmente permitida, lo mismo que las relaciones entre ellos en lugares adecuados (incluso a pago).
3. El tema no es que haya curas y seminaristas homosexuales, sino que tengan que fingir que no lo son y que, a veces, se sientan inclinados a acudir a esos lugares y medios menos apropiados, aunque sean legales, cambiando de “ropa” del día a la noche (con chaperos de turno, como los que cuenta Panorama). Lo que cuenta Panorama lo sabe (lo sabemos) mucha gente, pero no nos dedicamos a decirlo en revistas.
4. Pienso que para ser curas o seminaristas, lo que importa no es que sean hetero- u homo-sexuales, varones o mujeres, sino que tengan una sexualidad o, mejor dicho, una vida afectiva madura, siendo capaces de amar y ser amados, en celibato real, o formando familias (parejas) estables, abiertas a la Vida.
5. En esa línea las cartas a Tito y Timoteo dicen que para ser “dirigentes de iglesia” hay que haber mostrado que uno es un buen marido (con una sola mujer) y buen padre, es decir, un hombre capaz de crear y mantener relaciones familiares y humanas en gratuidad. Lo mismo se puede aplicar a una mujer “bien casada” y a varones “bien célibes”, con celibato maduro y generoso (cosa que se da y es más frecuente de lo que se dice, cosa que puedo confirmar). En contra de lo que se dice, el celibato de una gran parte de los curas ha sido y sigue siendo un medio ejemplar de presencia humana y de libertad evangélica.
6. Me parece mal que Panorama (¡de Berlusconi!) se dedique a sacar ese tipo de noticias, engañando al personal (creo que fingiendo). Todos tenemos derecho a la intimidad y entre ellos los curas y seminaristas.
7. Es posible que este caso, con otros, hagan pensar a los que tienen que pensar. El tesoro del evangelio es muy grande y lo llevamos en vasos de barro (como decía san Pablo). Pero hay que procurar que, en lo esencial, el barro no sea demasiado dominante. Según eso, queda pendiente el tema del matrimonio y o celibato del clero, queda pendiente ya, para mañana mejor que para pasado-mañana. Los grandes problemas no se arreglan nunca, pero hay que procurar “rebajarlos”, con sensatez, con realismo, con amor, con humor…
8. En el fondo, éste no es un tema de celibato o no celibato, sino de “institución” de poder. Lo que está en el fondo es el sentido de los ministerios cristianos, que quizá no pueden estar determinados, como ahora, por una estructura masculina y centralizada de poder religioso y social, con las disociaciones que ello está implicando.
Y perdonen los lectores, pues pienso que estas cosas no deben airearse de un modo malsano, y quizá yo mismo contribuyo a airearlas con este post. Pero lo hago para decir que “creo” en el valor y en la necesidad de desplegar en amor y libertad los ministerios cristianos, desde el evangelio.
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